Celebramos, pero… ¿qué?

Fiesta de Todos los Santos/Halloween. Fuente: lurff.wordpress.com

Fiesta de Todos los Santos/Halloween. Fuente: lurff.wordpress.com

El día 1 de noviembre se celebra la fiesta de Todos los Santos, una tradición católica que conmemora a los fallecidos y que resulta un homenaje hacia ellos. Sin embargo, este culto a nuestros seres queridos se ha ido desvirtuando hasta derivar en la más conocida y popular fiesta, una de origen celta y muy acentuada en los países anglosajones: el famoso Día de Halloween.

Es difícil hoy en día encontrar en nuestro país a gente que no conozca esta nueva manera de vivir la festividad, un método que consiste en salir disfrazados a la calle y, en ocasiones, que los niños pidan caramelos por las casas. Una fiesta aparentemente simple aunque no muy conectada con su origen. Y es que, en realidad, poca gente conoce el verdadero significado de Halloween.

Bajo la aparentemente inocente celebración se oculta una llamada a la maldad. Se dice que el 31 de octubre es el día destacado del calendario satánico en el que la muerte cobra protagonismo e inicia el año en el mundo de la brujería. Según los satánicos, el poder de Satanás y el de sus seguidores llega esa noche a un punto cumbre.

Cada 31 de octubre vuelve la noche de miedo, brujas, fantasmas, cadáveres, esqueletos, terror… Un carnaval de disfraces relacionados con la muerte acompañado de aventuras imprevistas y terroríficas. La tradición nos advierte que en la esperada noche… ¡los difuntos nos visitan! Parte de esta tradición, aunque no tan extendido en España, es el «truco o trato», originalmente «trick-or-treat» en inglés, que consiste en que los niños vayan casa por casa pidiendo chucherías y, si no las reciben, gasten alguna broma de mal gusto a quienes se las deniegan.

Fuente: simonweaner.deviantart.com

Representación de la muerte y de su lado más oscuro. Fuente: simonweaner.deviantart.com

De este modo, una festividad de oración, de recuerdo a los que ya no están con nosotros, de aceptación y normalización de la muerte se transforma en un día de venganza, miedo ante la muerte, terror… unos valores nada positivos en ningún caso pero, sobre todo, un mal ejemplo para los más pequeños, quienes están aprendiendo a valorar la vida y a descubrir el significado de la misma, quienes necesitan entender por qué determinadas personas desaparecen de nuestras vidas y cuál es la mejor forma de llevar dicha pérdida.

Celebrar la vida o la muerte son cosas diferentes, aunque ninguna tiene porqué ser negativa. Sin embargo, ¿cómo hacerlo? Por divertido que pueda resultar, ¿nos ayuda en algo ver películas de miedo o disfrazarnos de muertos andantes? Y si nos consideramos ya maduros como para asustar a la gente y pasar un buen rato en la calle sin que Halloween signifique nada más para nosotros… ¿qué hay de los que nos ven y aprenden de nuestras acciones? Probablemente, las cosas quedarían más claras en ese sentido si no hicieramos coincidir el Día de Todos los Santos con la tradición pagana. Pero sin vistas a que eso ocurra, tal vez es mejor dejar claro qué significa cada una de las fiestas para que, por lo menos, cada uno sea consciente y consecuente de sus actos. Al fin y al cabo, cada uno celebra lo que prefiere pero… ¿y tú?, ¿qué celebras?

Muerte vs Salvación. Fuente: recursossocieducativos.wordpress.com

Muerte vs Salvación. Fuente: recursossocieducativos.wordpress.com

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Una respuesta a Celebramos, pero… ¿qué?

  1. Carlos dijo:

    Excelente artículo, vivamos nuestras tradiciones. Es un día para acordarnos de nuestros difuntos y de que todos estamos llamados a ser santos, estamos llamados a ser mejor persona cada día de nuestras vidas. Muchas veces nos falta esa coherencia, el problema no esta en respetar o no otras tradiciones. Esta claro que como uno quiere que le respeten, esa persona tiene que respetar. Por tanto, tenemos que respetar a aquellas personas que celebren el famoso «Halloween» en aquellos sitios donde es su tradición y su costumbre. Ellos así lo hacen. El problema es, que a nosotros muchas veces nos gusta «cogernos» todas las cosas y terminamos celebrándolo todo. Estamos esperando la mínima para irnos de fiesta y de botellon (nunca generalizando, hay casos y casos), pero creo que es un problema que tenemos. Que en tal de disfrazar a nuestros niños, e irnos los jóvenes de fiesta. Esta todo arreglado. Y parte del problema radica aquí, en que a estos niños que se disfrazan llegará un día que su tradición será completamente a la anterior. Por favor, no olvidemos un día de recogimiento y recuerdo de los seres queridos que no están aquí, para cambiarlo por un día de disfraces, calaveras y muertos.

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