Personas que dejan huella

¿Cuántas veces en tu vida has encontrado un sacerdote moderno con el que poder hablar de actualidad sin ningún tipo de reparo? ¿Eres de los que piensan que dialogar con un cura no tiene ninguna función trascendental o que carece de sentido para acercarse a Dios? ¿Tal vez los fallos de la Iglesia te hacen alejarte más de Cristo que valorar sus actitudes positivas?

Hace poco, algunos de nosotros tuvimos la gracia de compartir nuestra vida con una persona que nos llenó de sabiduría e ilusión, y nos enseñó con su ejemplo cuán compatible es la vida juvenil con el camino que Cristo nos plantea.

Su nombre es Reynaldo, y es un misionero Paúl consagrado al sacerdocio. Nació en Costa Rica, pero durante dos años ha vivido en Valencia, muy cercano a todos nosotros. Ahora, su vocación ha hecho que tenga que trasladarse a Honduras para seguir evangelizando a más jóvenes desde allí.

Para los que lo conocemos su partida ha sido dura, porque haberlo tenido con nosotros fue, sin duda, toda una bendición. Sin embargo, nos alegra saber que allí donde vaya seguirá transmitiendo felicidad, energía y esperanza.

Mucho podríamos decir, pero más allá de imaginar, no acabaría de entenderse totalmente a lo que nos referimos. Así que, como todos sabemos que una imagen vale más que mil palabras ahora lo acercamos a vosotros. Esta es la última entrevista que tuvimos con él, apenas un par de días antes de su marcha, lo cual la hace muy emotiva. Confiamos en que cuando acabes de verla comprendas lo que intentábamos comunicarte.

Por nuestra parte, damos las gracias a todos esos jóvenes entregados y, en general, a todos los consagrados que, con su vida, intentan que el amor de Cristo llegue a todos los lugares de la Tierra.

Gracias, Reynaldo, por tu sinceridad, por formar una parte de nosotros y por acompañarnos tan de cerca en nuestro caminar. Te queremos.